Ayer sábado 18 de enero se produjo el peor incendio en la Reserva de los últimos 20 años. Afectó la casi totalidad del pastizal pampeano ubicado a la entrada de la Reserva y lindero al balneario Arenas Blancas, y parte de las instalaciones del estacionamiento de este balneario.
Se desconoce quién o quienes dieron inicio a este grave incidente, pero se presupone que podría haber sido accidental debido a la sequía que afecta a toda la provincia, aunque no se descarta que haya sido causado intencionalmente como en otras oportunidades. Por supuesto, no pasa desapercibido el detalle del incendio del día anterior, viernes 17 de enero, en el mismo lugar.
La policía y los
bomberos de la Estación SIPA (Salvamento, Incendio y Protección Ambiental) de la Prefectura Mar del Plata fueron los
primeros en llegar cuando el incendio comenzó pasadas las 12.30. Con el correr
de las horas llegaron dos dotaciones más de bomberos del Cuartel Central de Mar
del Plata, Defensa Civil, un camión cisterna de Obras Sanitarias, varias
ambulancias que asistieron a algunas personas que fueron afectadas por el denso
humo, y funcionarios del ENOSUR, como el arquitecto Marcelo Artime y Oscar
Gómez, director de Gestión Ambiental.
El fuerte viento
hizo muy difícil el trabajo de los bomberos. Después de casi 4 horas de intenso
trabajo lograron apagarlo y poco después un fuerte chaparrón terminó de enfriar
todo el sector.
Lo que pocos
vieron: Aunque había muchos curiosos observando el incendio, muy pocos
observaron la desesperación de algunos pequeños pájaros que nidifican en el
pastizal –especialmente verdones y
mistos- que aparentemente no terminaban de convencerse de que debían huir y se
detenían desorientados sobre cortaderas que estaban al lado del fuego.
Lo que solo uno
vio: Menos gente aún observó correr desesperados a los cuises con sus
crías que huían buscando un lugar seguro y pasaron a centímetros de mis pies.
Lo que nadie
vio: Los pequeños vertebrados habitantes de ese sector del pastizal
como ranas de zarzal, ratones colilargos y culebras verdes y negras deben haber
huido. Aunque probablemente muchos hayan perdido la vida en este incendio, como
cientos de caracoles y otros invertebrados, y decenas de pichones que estaban
en sus nidos. Pequeñas o diminutas tragedias que aparentemente no le importan a
nadie.
Lo que
perdimos: Además de la vegetación del pastizal que con el tiempo se
recuperará, en este incendio perdimos varios sitios importantes de
nidificación, como el lugar donde los últimos años hicieron su nido los federales,
una especie en peligro cuyo único hábitat en nuestra ciudad es la Reserva.
Colaboración I: En todo momento los bomberos recibieron ayuda de numerosos empleados del Balneario Arenas Blancas que colaboraron en el despliegue de las mangueras y apagando algunos focos con bidones de agua que cargaban en las instalaciones del balneario. Además, colaboradores de varias organizaciones de la sociedad civil que defienden la Reserva estuvieron en el lugar para ayudar y asistir a los bomberos.
Colaboración
II: El jefe del cuerpo de guardafaunas de la Fundación Reserva Natural
Puerto Mar del Plata, Eduardo Bracco, trabajó a la par de los bomberos de
Prefectura.
En azul: área afectada por obras y actividades del Club Aldosivi entre agosto de 2010 y enero de 2014. En rojo: área afectada por los incendios del 17 y 18 de enero de 2014.
Fotos incendio y vídeo:
María José Solis
Fotos aves: Alejandro Daniel Sánchez
Foto satelital: Google Earth
Intervención foto satelital: Ángela Ferrari
Foto satelital: Google Earth
Intervención foto satelital: Ángela Ferrari
En
los medios:
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