Desde el pasado 22
de julio sistemáticamente los funcionarios municipales nos han dicho que van a
detener las obras de Aldosivi tal como indica la sentencia de la Cámara
Federal. Lamentablemente nunca han cumplido con su palabra por diferentes
motivos. Excusas tienen un montón: “lo
que están haciendo no es obra”, “no
están rellenando la laguna”, “ellos
(el Club) necesitan estirar la tierra
negra sobre la zona rellenada para que pueda crecer el pasto”, etc.
Los vecinos
seguimos reclamando a los funcionarios municipales que cumplan con las leyes
nacionales y provinciales que indican que ANTES de iniciar una obra se debe
pasar por el proceso de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA). Los
establecimientos deportivos no están exceptuados de este requerimiento. Aldosivi
comenzó sus obras hace 39 meses y durante 3 años el Municipio se excusó de
hacer cualquier cosa argumentando la falta de jurisdicción, hasta que la
sentencia de la Cámara Federal les recordó que son ellos quienes tienen que
hacer la EIA y Pulti dijo que aceptaría la sentencia y la haría cumplir.
Mientras esperamos
pacientemente que el Municipio se decida a COMENZAR OFICIALMENTE con la EIA
tanto los funcionarios como los dirigentes del Club les han asegurado a los
miembros de las organizaciones de la sociedad civil que no van a continuar
rellenando la laguna de la Reserva. Sin embargo, los camiones con escombros
siguen entrando al predio de Aldosivi y los vecinos, con justa razón, se
preguntan para qué siguen acumulando escombros si supuestamente no continuarán
con el relleno. La
Municipalidad no ha respondido a estas consultas que le han hecho los vecinos.
El viernes 15 de noviembre dos camiones llenos de escombros se hundieron
parcialmente en el barro de uno de los sectores que fue rellenado por las obras
del Club que, aún hoy continúan siendo ilegales, ya que carecen de la
habilitación ambiental necesaria para darles inicio. Aún siguen allí con su
carga a la vista de cualquiera que quiera mirar. Quizás sería bueno que los
funcionarios municipales dejen de mirar para otro lado.
Fotos:
María José Solis